miércoles, 17 de agosto de 2011

El Rey no ha Muerto




Música :::: A 30 años de que su corazón se detuviera, homenaje de rockeros y fanáticos locales trae de vuelta a Elvis Presley.

Era 1955: Estados Unidos consolidaba el american way y, como en una publicidad de refrigeradoras, perpetuaba con sonrisa congelada “buenas” costumbres, entre las que se contaban el segregacionismo y la discriminación. James Dean, el rebelde sin causa, el chico guapo y malo elevado a los cielos por Hollywood y, luego, por un accidente automovilístico, moría. Y un muchachito humilde de Tupelo, Mississippi, firmaba un contrato con RCA Records.

Ese año, Elvis Presley se convirtió en la nueva estrella joven de la música norteamericana.

No sólo puso saltona a la conservadora sociedad con su voz de amplio registro que parecía la de un músico negro; o por la mezcla de blues, rockabilly, country y gospel. Con su rock and roll, Elvis “The Pelvis” se las arreglaba para retorcerse en sus pantaloncillos pegados y correrles las panties a las jovencitas. ¿Cómo perdonarle a ese mocoso –lindo, a pesar de su mohín de medio lado– que hiciera de la sensualidad una forma de expresión admisible? Ni hablar.

Cuando se presentó en el show de Ed Sullivan, la cámara sólo lo enfocó de la cintura para arriba.
Luego, su enrolamiento en el Ejército y películas musicales ligeras. Entre tanto, la invasión británica le daría vueltas de campana al género. Para cuando reaccionó, Los Beatles eran los dueños del escenario musical e imponían la moda pelucona. Elvis todavía usaba gomina.

Los últimos años fueron los de la capa blanca, los kilos de más, las pastillas, la muerte de la madre, la separación de su adorada Priscilla. Fueron los años de Las Vegas. Del ostracismo en Graceland. De Elvis como caricatura de Elvis. El 16 de agosto de 1977, los medios informaban sobre su muerte.
Tenía cuarenta y dos años y el corazón le falló. Al Rey lo encontraron tendido en el suelo del baño.

El Rey y yo

El grito provino de una combi que pasó veloz por San Martín, en Barranco: ¡Eeeeeelvisssss! Sí, Elvis, y no Gerardo Manuel. El traje, claro. Pero también que, después de veintisiete años, se ha afeitado el bigote. Y es que a Elvis nunca se le vio pelo en la cara que no fuera de sus patillas.

El homenaje del peruano no queda en eso. Ni en los covers que hace con su grupo El Humo, en su espectáculo “Los Grandes Momentos del Rock”, que cumple este año, veinte. Gerardo Manuel nació en 1946 y creció con esta música. “La posguerra dejó a los jóvenes hartos de enfrentamientos y decepcionados de las normas de los adultos, que habían probado no ser efectivas”, dice. “Esto hace que se rebelen y busquen un himno. Ese fue el rock. Y Elvis representa el quiebre”.

El alcalde Salvador Heresi es tan conocido por su gestión en San Miguel, como por su devoción al rock. Cuando aún existía su ex banda, Revólver, en los noventa, fue una de las pocas que interpretaba música de Elvis. Heresi, nacido en 1966, lo conoció a través de su padre y del primer disco que este le regaló: The Legendary Performances. Tendría, entonces, seis años. No es coincidencia que para calmar a su propio hijo, el pequeño Salvador casi recién nacido, le cantara Are you lonesome tonight. Y ahora, con dos años y medio, este acusa recibo de la tradición familiar: no sólo insiste en acompañar la sesión de fotos con su armónica, sino que interviene con un sentido “Elvizzz”.

Pero su presencia ya no alcanza de igual forma a las nuevas generaciones. Si Humberto Campodónico, de Turbopótamos encuentra que “hay una vuelta al rock básico y a la energía que Elvis, entre otros, origina”, la cantante Adalí Montero, 25, no lo reconoce como un referente, aunque admira su sensualidad y fuerza interpretativa. “Quizás en su caso, su legado musical se ha perdido un poco”, reflexiona, por su lado, Solange Jacobs, 28, vocalista de Tonka. “Pero derivó en un fenómeno extraño: ahora hay un millón de Elvis en Las Vegas, y hasta tiene una religión”.

De una u otra forma, el Rey vive.


FOTO: Víctor Ch. Vargas, CARETAS. Elvis Manuel.-O Gerardo, sacrificó el bigote por Elvis.

Artículo originalmente publicado en CARETAS 1989.

Recuperando la Forma Presidencial



Salud :::: Especialistas dan consejos para disminuir alguna de las cargas de García.

Regidos a formalismos e ignorando amaneceres que insisten en ser húmedos, la primavera se inició el 23 pasado. Quizás la temporada, o ese ligero sol que ya se deja ver, logren aquello que otoño e invierno no, a pesar de haber sido movidos: y es que pese a paros regionales habidos, y a los que se avecinan este 7 de octubre; sesenta y tres congresistas denunciados ante la Comisión de Ética durante su gobierno, entre otros que deberían hacerlo sudar la gota gorda, la imagen del presidente García continúa creciendo, aunque no su aceptación (19% según última encuesta de la PUCP). El interés en el peso de Alan García no puede ser entendido como superficial, como no lo es ningún problema de salud. Y es que también es asunto nacional.

Pesando Fuerte

Aunque se debe evaluar el peso, talla, Índice de Masa Corporal, porcentaje de grasa, índice de cintura y cadera, además de otros exámenes médicos, para determinar con certeza el estado del paciente, la nutricionista Milagros Agurto presume que García se encuentra en el rango de obesidad leve. “Ocurren muchas cosas para que una persona que tuvo un peso deseable pueda aumentar de peso”, afirma la especialista. “Con la edad, las necesidades energéticas disminuyen y muchas personas, pese a disminuir su actividad, siguen comiendo lo mismo. También influye el tener una vida con mucho estrés, pocas horas de sueño o insomnio, y reuniones donde se sociabiliza con comida, bebidas y postres”, señala, entre otros, Agurto, dando en el clavo de lo que sería una costumbre presidencial de empatar despachos con postres, según CARETAS 1989.

“Muchos de los pacientes con sobrepeso y obesidad no sólo tienen aumento de las grasas en la sangre, ácido úrico, hipertensión y glucosa, sino que pueden cursar con insulinorresistencia y complicaciones como el hígado graso. Si baja de peso rápidamente los triglicéridos aumentarán, y si ha sido sedentario y de pronto hace actividad física, muchos de estos triglicéridos se irán al hígado. En resumen, bajar de peso no es un tema frívolo como lo tratan generalmente”, añade.

Rollo Nacional

“El sobrepeso y la obesidad, al igual que el sedentarismo, han incrementado las tasas de morbimortalidad de enfermedades crónicas no transmisibles, como la hipertensión arterial, diabetes y osteoporosis, e incluso de cáncer: el de mama, de próstata y de colon están relacionados al peso y al tipo de alimentación”, advierte la doctora Martha Villar, del área de Medicina Complementaria de la Gerencia Central de Prestaciones de Salud. Los números corroboran sus palabras: según recientes datos de la Organización Mundial de la Salud, 2.9 millones de personas mueren al año a causa de su sobrepeso, 4.4 millones por colesterol elevado y 7.1 millones como resultado de hipertensión arterial. Es por eso, explica Villar, que se ha creado el programa “Reforma de vida: empresas saludables”. Bajo sus preceptos, la doctora contribuye a los consejos reunidos para García.

“Se trabaja en los tres aspectos importantes del ser humano. Primero, en la Alimentación Celeste: uno de los primeros pasos es aprender a tener un ambiente saludable. Es importante tener plantas cerca, que nos ayudan a limpiar el aire y que nos dan belleza”, explica Villar. “También influye la respiración y la actividad psicofísica: una actividad constante que actúe en la concentración, la respiración y el movimiento”. Luego, dice Villar, viene la Alimentación Terrestre, o aquella que la tierra le proporciona al hombre para su subsistencia. Sobre esta, entran a tallar asuntos como la calidad del alimento, cómo y dónde crece. “Pero además nos lavamos la manos y la boca, pero pocas veces hacemos limpieza del sistema digestivo. Se aconseja que por lo menos un día al mes se consuma sólo fruta y agua, para que el organismo pueda limpiarse. Finalmente, está la Alimentación Humana: si entendemos que todos tenemos un papel importante en la creación, nuestra autoestima va a subir. Aquí entran a tallar ejercicios de meditación y relajación. Sólo así se tendrán valores y mejores relaciones interpersonales”, finaliza.

Acción Presidencial

Sin desestimar el esfuerzo de personal trainers, instructores de pilates y demás, la rutina de ejercicios de un paciente con obesidad y obesidad mórbida debería pasar primero por un consultorio de Medicina del Deporte. En el Perú, sólo hay un puñado de doctores en esta especialidad. Una de ellas es Arlett Huambo, y ella explica que, aunque es un paso que suele dejarse de lado en el camino al buen estado físico, el trabajo entre entrenador y médico debería ser coordinado. “Antes de iniciar el ejercicio debe evaluarse la composición corporal, el componente cardiovascular, la resistencia y la fuerza muscular, y la flexibilidad”, señala Huambo. En el caso de una rutina para García, explica que los riesgos serían que “haga sobreesfuerzos que perjudiquen sus articulaciones y termine lesionándose. También que estos esfuerzos sobrepasen el umbral anaeróbico, ya que con eso básicamente no se baja grasa. Lo que debe hacer es realizar ejercicios que sean de intensidad moderada: que vayan de un 55% a un 80% de la frecuencia cardiaca máxima y de un 40% a 75% del consumo máximo de oxígeno; pero que pueda realizarlos por largos períodos de tiempo. Claro que no se puede pretender que haga desde un inicio sesenta minutos seguidos”.Aunque, una vez más, sería necesario que el mismo AGP estuviera en el consultorio de Huambo para que esta pueda prescribir el ejercicio físico preciso que necesita (“para lo cual lo invito y espero su llamada”, acota la doctora), sí puede aconsejar que García empiece “haciendo bicicleta, pero con el sillín un poco alto para que no malogre sus rodillas. Si la persona es sedentaria o hace poca actividad hay que ver que termine la rutina sin agotarse. En este caso”, concluye la doctora Huambo, “hay qye ver que el paciente tenga mayor energía para cumplir con toda su agenda presidencial”. Que la necesita.


Artículo originalmente publicado en CARETAS 2046.

Cirugía Drástica




Vida Moderna :::: A propósito de renovaciones locales y curvas excesivas, adicción al bisturí. 


Tras el seno derecho, el periodista Álamo Pérez- Luna. Tras el izquierdo, el novio mexicano, Erick. Así aparecieron escoltados los 130 centímetros de busto de la argentina Sabrina Sabrok, y el resto de su voluptuosa humanidad. Hacía unos momentos había terminado de grabar el programa de “Fuego Cruzado”, conducido por Pérez- Luna y Mariella Patriau, en el que aparecería días después. El tema que la convocó salta a la vista: cirugías plásticas. Las veinticuatro repartidas por el cuerpo de Sabrina la hacen perfecta invitada.

Pero es su frontis el que concentra la mayor cantidad de arreglos y también de atención. Y no es para menos: con diez aumentos y uno más en camino, para mayo, Sabrina tiene los senos más grandes del mundo. Cada uno de ellos pesa 3.5 kg, a decir de la argentina. Y a partir de junio, si todo sale bien, llegarán a los 4.5 kg. Y eso que, ahorita nomás, frente a esta mujer apodada La Tetanic uno se siente como deben haberse sentido los pasajeros a punto de abordar el coloso original: reducido, desamparado ante tanta vastedad, humildísimo en el reconocimiento de la propia y minúscula humanidad. Porque Sabrina sí flotaría, eso es seguro.

“Además me he operado la nariz -varias veces porque la rinoplastía nunca queda perfecta-, los labios, ojos, me he levantado las cejas”, enumera, detallista. “Te digo todo, y hay muchas que tienen incluso más que yo y no dicen nada. Y bueno: me he hecho los glúteos, el abdomen…” Pero su primera operación fue hace diez años: tímidos 200 gramos en cada seno. 

¿Estabas descontenta con tu apariencia anterior?
No, me iba bien. Pero en base a lo que fue saliendo en la televisión, donde había más vedettes, pues yo me dije que me gustaba esa imagen, que quería ser así.
¿Qué dijo la gente que te conocía?
Me fui a México desde el momento en que me empecé a operar y ahí radico. Pero bueno, me veían en revistas y en la tele después de muchos años y no me reconocían.
¿A ti te pasó eso alguna vez? No reconocerte…
No así. Pero viendo las fotos de antes yo misma me sorprendo. Pero está bien, estoy contenta.
Entonces, ¿para qué esa próxima operación?
Es la medida que quería tener desde un principio, a la que quería llegar. Creo que esta va a ser la última.

Espejito, espejito

Uno puede preferir el look a lo Madonna ochentera, pelo corto, labios delgados y menuda figura originales de Sabrina, u optar por su actual y platinada imagen de muñeca inflable bien inflada. Pero sea como fuere, resulta por lo menos inquietante conocer una historia de transformación radical, de reconstrucción corporal que en muchos casos no responde únicamente a un gusto o capricho estético, sino a una obsesión. A una lucha interna que se libra, sin embargo, sobre la superficie del espejo y en la mesa de operaciones. Una y otra vez.

Los trastornos somatomorfos, como explica la psicoanalista peruana Matilde Caplansky, consisten en un desagrado de la propia apariencia. Y es en este grupo en el que el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM- IV, por sus siglas en inglés) de la Asociación Americana de Psiquiatría, ubica al trastorno dismórfico corporal o dismorfofobia. Quien lo sufre imagina o exagera defectos físicos: la imagen que le devuelve el espejo puede ser completamente distinta a la realidad. Esto explica por qué, aún después de múltiples cirugías estéticas, el paciente no está satisfecho o encuentra nuevas zonas que lo atormentan. “No hay conciencia de enfermedad en este tipo de personas, es una conducta compulsiva. Es muy delicado y severo como síntoma psiquiátrico”, apunta Caplansky. En cuanto a su origen, precisa que este se encuentra en una disfunción mental severa, y no en una predisposición de personalidad a desarrollar el trastorno. Evidentemente, los ámbitos social, laboral y afectivo se ven afectados. “Llega un punto en donde la única preocupación está en el físico”, agrega Caplansky. 

¿Qué otras consecuencias puede tener este trastorno?
No tengo información sobre su relación con el suicidio, pero en tanto el sujeto sufre un trastorno severo podría ser que llegue a la autodestrucción literal, en lugar de destruirse por partes con las operaciones.
¿Este tipo de psicopatología es producto de décadas recientes?
Sí, en la  medida que las tecnologías médica y quirúrgica han desarrollado en las últimas décadas.

Cortar/ Meter

            Con veintitrés años ejerciendo como cirujano plástico, el doctor Julio Daniel Kirschbaum dirige, junto a su hermano Claudio, el Instituto Kirschbaum. Explica que  el trastorno dismórfico corporal en pacientes que han llegado hasta su consultorio es “tremendamente frecuente”. Y que lo es también fuera del mismo. 

¿Qué debe hacer el cirujano en estos casos?
Dependiendo de la magnitud del problema, tratar de mandar sutilmente al paciente a un psicólogo o psiquiatra. Pero si está empecinado en operarse, se tiene que pedir ayuda a algún familiar. Porque si el cirujano es ético, no va a operar. Muchos lo hacen por dinero. Incluso, hay algunos que, como saben que es un problema psicológico, dicen al paciente que lo han operado y no le hacen nada, o sólo algo chiquito. 

“En países con un sistema legal fuerte generalmente se le retira la licencia al médico”, continúa. “Pero en el Perú, que esto pase, es difícil. Mire todo lo que costó sancionar a médicos conocidos: tuvo que haber muertes para que se logre.”

¿Y qué hace la cirugía plástica acerca de este problema?
En todos los congresos serios se le trata. No hay que olvidar que en EE.UU, en el último año, hubo cuatro cirujanos plásticos asesinados por pacientes con problemas psiquiátricos severos. Cada vez se trata de dejar signos de alerta: poner códigos en las historias para que un siguiente doctor pueda identificar el problema y no operar al paciente. Lamentablemente, con dinero siempre va a conseguir quién lo opere. Aquí y en todo el mundo.



FOTO: Sabrina, entonces: daba clases de música en colegios, tenía un grupo de rock y era modelo de pasarela. Sabrina, ahora: talla 38 MMM, shows porno-musicales y 2 programas de TV.
 

Artículo publicado originalmente (en su versión editada) en CARETAS 2021

Guillén en su Reino




Teatro :::: Reponiendo “Ricardo III”, continuando con su “Fausto” y anunciando nuevo unipersonal, Edgard Guillén cumple 70 años. 


Es aquí. Paso de los Andes 1147, Pueblo Libre. El número está pintado sobre un pergamino dibujado en mayólica. Una máscara ríe, incrustada en la pared.

Edgard Guillén abre la puerta. Me había olvidado, la verdad. Pero entren, entren. De blanco entero, una hora antes de la función sabatina, Guillén conduce hasta el interior de su casa. Ahí afronta con paciencia el embate del fotógrafo. Después de todo, no hay postura, pose o mueca que el actor de setenta años cumplidos este marzo no haya ensayado ya ante la cámara, en cuarenta y siete de trayectoria teatral. Todo el vestuario ha sido mostrado. También Oso, su perro, retratado infinitas veces. Ya todo se ha hecho. Los recortes de periódicos y revistas que cubren las paredes de su sala corroboran la sentencia de Guillén. 

No me he retirado. ¿Por qué la gente tiene esa horrorosa idea de que porque yo trabajo acá ya no hago teatro? Al contrario: soy el único actor peruano que no ha dejado de trabajar nunca. La mayoría de actores se pasan meses sin actuar. Yo no.

Suena el timbre. Guillén se acerca a la puerta y entran uno, dos, seis chiquillos. Les siguen dos señoras que se reparten la respectiva maternidad. Aún falta media hora y Guillén deja que los chicos se entretengan mirando sus fotografías en los Gran Atlas Salvat, que ha convertido en álbumes. Al poco rato llega un periodista de la Radio Nacional de Alemania, que le hizo una nota hace unos años, y su esposa peruana. Guillén les pide que esperen un poco. Parece mucho más contento ahora, con el susurro de su público expectante por sobre grabadora y cámara fotográfica. Ha puesto un disco de Edith Piaf. Otra de las ideas absurdas que tiene la gente es que acá vienen sólo mis amiguitos. No. ¿Sabes cuál es la maravilla de esto? Que acá viene el público que no va al teatro. Porque como no pagan y sólo ponen unas monedas viene público de todo tipo.

Esta noche toca “Ricardo III”, adaptación de Shakespeare, que ha repuesto. Los domingos, su célebre “Fausto”. Y en el homenaje que le hiciera el Centro Peruano del  ITI UNESCO (Internacional Theatre Institute) por el Día Mundial del Teatro, ofreció una introducción al que será su próximo unipersonal, que aún ultima, intitulado “Margarita de los Espíritus”: la historia de Goethe a través de la Margarita de Fausto.

Se le recuerda que hace unos años dijo sentirse desilusionado. Eso ya no cuenta. Ahora soy un ser absolutamente feliz. La prensa se ha empeñado en que yo sea un actor de bajo perfil. Pero que se joroben, porque no voy a serlo nunca. He decidido trabajar en mi casa, y me importa un pepino lo que opine el resto del mundo. A los setenta años, soy el actor más feliz y orgulloso de mi profesión.

Pocos minutos después de las ocho, los últimos en llegar toman asiento. Guillén, que ya se ha cambiado, anuncia que la obra va a comenzar. El timbre suena una vez más, pero es inútil: se ha dado la última llamada. Apaga la luz. Cuando la vuelve a prender, no es más Edgard Guillén.

Mi reino por un caballo. Ahora es Ricardo, el usurpador, el asesino. Trepado en una mesa redonda, bajo la extraña luz que cae sobre él, no es el actor y no lo será por una hora. En las sombras que cruzan su rostro también está el duque de Clarence, el hermano asesinado; está la princesa Ana, la reina Elizabeth, el pequeño Eduardo V y también la Torre de Londres en la que fue muerto por orden de su tío, el villano. Un caballo, un caballo. Mi reino por un caballo. Silencio.
            
            Pasa el sombrero, invita al público a quedarse un rato más conversando. Al momento de partir, mientras abre la puerta, sonríe más que al comienzo. Chau, chau. Gracias por haber venido. Adentro todavía queda gente. Y seguro la Piaf cantará en cualquier momento.



FOTO: Víctor Ch. Vargas, CARETAS. Recibió homenaje de ITI UNESCO peruano en el ICPNA.

Artículo publicado originalmente (en su versión editada) en CARETAS 2021